Ya disponible la última novela de Manolo «CONTRA LAS CUERDAS». Ver novela.

NOVELAS, CUENTOS Y OTROS RELATOS

Manolo by Manolo: Siempre me ha gustado escribir. Y pintar, dibujar y fotografiar. Mal que bien, me he ganado la vida con mis fotos y reportajes desde que decliné dedicarme a la abogacía, carrera que estudié para complacer al autor de mis días (y que, modestia aparte, terminé brillantemente). Pero no me arrepiento: estudiar Derecho forma la mente y le educa a uno en el rigor conceptual, y en escribir con precisión y claridad. Decir lo máximo con las menos palabras posibles.

Empecé a escribir en el diario del colegio reportajes de excursiones, que fueron muy celebrados por mis condiscípulos. Un primo mío los conserva religiosamente. Pero prefiero que no me los haga llegar. De todas formas, el señor Bosch, mi profesor de literatura, me cateaba sistemáticamente aduciendo que siempre me olvidaba de los acentos. Continúo haciéndolo. Me marean. Los odio.

Robinsones sin Isla

El verano de 1948, Manolo construyó, junto con sus hermanos Amadeo y Guillermo y su primo Jaime Agustí, la cabaña de Pino Torcido en la finca familiar situada en Castell del Bosch en la comarca del Penedés. Ya en su juventud demostró habilidades como arquitecto e ingeniero al proyectar y construir la cabaña.

A raíz de esta construcción escribió, en 1958, su primer cuento (no publicado): “Robinsones sin Isla”, donde los protagonistas, amantes de “Dos años de vacaciones” de Julio Verne, construyen una cabaña igual a la de Pino Torcido.

Manolo consideraba a todos los familiares y amigos que estuvieron vinculados a la época de la cabaña La Generación de Pino Torcido.

Bobaes: Recuerdos de un Alférez

En 1953, tras licenciarse en derecho, realizó el Servicio Militar alcanzando la graduación de Alférez de complemento. Todas sus vivencias de esa época se recogen en el manuscrito “Bobaes: Recuerdos de un Alférez” que encuaderna y regala a sus padres en la navidad de 1960. En clave humorística, Manolo explica sus experiencias en los campamentos de Castillejos y sus seis meses de alférez en Puigcerdà, época que describe como los mejores años de su vida. Buenos amigos, largos paseos a caballo acompañado de la perra Fraulein y buenas esquiadas en La Molina.

En esta misma etapa, escribió otros relatos: “Cartas al Maldito Pepe, Sargento en el exilio”, nos describe divertidas anécdotas de la mili; “La 27” es un relato de historietas ocurridas en la habitación ubicada en los recovecos del tejado del Chalé del Centre Excursionista de Catalunya en La Molina en la década de los 40, donde los veintisietes fueron autores de grandes y divertidas gamberradas. Manolo estuvo allí en la etapa final, pero quiso dejar constancia escrita de las historias que sus amigos le contaron y que por su carácter jovial, optimista, juvenil y desenfadado le parecieron dignas de ser explicadas; “Diario de a bordo” son las Memorias de un viaje en el velero Donna Bet por las Islas Baleares; y “Amigo en apuros” nos explica, cómo todos reciben con horror la noticia de que el primero del grupo de amigos se enamora, y cómo a pesar de que intentan salvarlo por todos los medios la aventura termina en matrimonio.

Manolo by Manolo: Un lector de “La Enfermera de Bunete”, coronel por más señas, se ha asombrado de mis conocimientos de la cosa militar. No tiene ningún misterio: hice mis prácticas de alférez de complemento en el Batallón de Cazadores de Montaña Alba de Tormes 35, de guarnición de Puigcerdà, donde conocí a la mula Faraona en persona y al excelente y fogoso sargento Martínez, burgalés de pro. Su descripción no me costó nada. Me limité a evocarlo. Si un algún día me lee, le agradecería que se pusiera en contacto conmigo para recordar nuestra accidentada patrulla por la sierra del Cadí y la desesperada lucha que sostuvimos para reducir a la condenada mula Faraona. En Puigcerda, tuve también ocasión de ejercitar mis modestas dotes de caballista. Me encantan los caballos, los animales en general, de la misma forma que detesto los zoos, presidios infames de animales inocentes.

Memorias de Guerra y Revolución

“Memorias de guerra y revolución” es un libro dedicado a sus nietos Lorenzo, Constanza, Andrea y Lucía a los que quiere dejar claro que las batallitas que contamos los abuelos no son historias de viejo. Lo escribió en 2005. Imprimió y encuadernó una decena de ejemplares numerados que regaló a sus familiares.

El libro, su obra más autobiográfica, explica las vivencias de la Guerra Civil Española de un niño de 6 años, su edad cuando vio en llamas la iglesia de Sitges el verano de 1936, hasta que después de múltiples avatares se reencuentra con su cama en la calle Mallorca de Barcelona. Para su desbordante imaginación toda la epopeya supone una aventura apasionante.

El manuscrito está históricamente muy bien documentado a través de explicaciones de familiares y amigos, cartas y documentos, y aprovecha para hacer una detallada explicación del origen de su familia y su forma de vivir.

ManolobyManolo: Nací un 4 de marzo de 1930, un dato que figura en la solapa mi novela “La enfermera de Brunete”. De modo que me resulta imposible ocultar a mis lectores mi edad venerable. Si a los sesenta años uno es un anciano, a los setenta es un fósil viviente. En una reseña de mi novela aparecida en no recuerdo qué periódico, un crítico amable me califica de “setentón jovial”. Otro, “septuagenario”. No me molesta. Lo tengo asumido. Tengo setenta y siete años y no voy a decir, como Bertín Osborne los suyos, 52, pero que “bien llevados”. Los tengo y punto. Por lo menos he llegado hasta aquí y lo puedo contar. Vine al mundo en una finca de la calle de Mallorca tocando al Paseo de Gracia. Es decir, en la tan traída y llevada derecha del Ensanche barcelonés, feudo tradicional de la burguesía catalana. No me avergüenzo en absoluto de pertenecer a ella. Estoy muy orgulloso. Un país sin una burguesía dinámica y emprendedora no va a ninguna parte, como no sea a la miseria más abyecta. Rumania, Albania y Cuba podrían ser tres buenos ejemplos de lo dicho.

Cuando estalló la guerra yo tenía seis años, de modo que no me enteraba muy bien de lo que estaba pasando. Sin embargo, presentía que se estaba cociendo algo muy gordo y que nuestras vidas pendían de un hilo. Yo mismo había contemplado el incendio de la iglesia de la Punta de Sitges. Mi familia y yo nos salvamos de puro milagro de caer en manos de los faieros y acabar tiroteados en una cuneta de la carretera de la Rabassada.

De alguna manera, la guerra me marcó. Las impresiones infantiles, no por inconscientes, son menos indelebles. Mi padre, sus dos hermanos y sus innumerables primos vivieron la guerra como una cruzada, con fe, con entusiasmo y con ilusión inmensos. Mi tío Alfonso cayó en la batalla del Jarama. Mi tío Carlos, también de Regulares, salió con la pata ranca de la batalla del Ebro. Su primo Fernando Vidal-Ribas, de caballería, fue fusilado en los fosos del castillo de Montjuïch. Es posible que me inspirara en él para describir el fusilamiento de Gonzalo de Montcada  (La Enfermera de Brunete)  en los fosos de Santa Elena, por los que me gusta perderme para escuchar el eco de los disparos venidos del más allá.

Desgraciadamente, ni mi padre, ni mis tíos y tías pusieron sus impresiones en el papel. Dejaron escapar tontamente la ocasión de dejar el testimonio escrito de sus vivencias bélicas. Verba volant, scripta manent. Las palabras se las lleva el viento, lo escrito permanece.

Considero que participar en una guerra es una experiencia enriquecedora (en todos los sentidos) que permite a un autor escribir con absoluto conocimiento de causa. Tolstoi nunca hubiera escrito “Guerra y Paz” de no haber participado en la guerra turco-rusa de 1840. A veces he lamentado no haber nacido a tiempo para participar en la nuestra. Para describir los hechos de armas que narro en mi novela, me he tenido que limitar a recrearlos con la imaginación y evocar el humo y el estrépito de las ametralladoras en las maniobras con fuego real en el campamento de Los Castillejos.

Rikki Tikki

“Rikki-Tikki” es una Novela ganadora del PREMIO DONCEL de 1967 y publicada en 1969 por la Editorial Doncel.

En 1963 Manolo realizó un viaje a Obangui-Chari (ExÁfrica Ecuatorial Francesa) como reportero de un safari que organizaron las familias de Ignacio Font, Ramon Guasch y Gabriel Algersuari. El libro relata la historia verídica sobre la mangosta que trajo de África y regaló a su novia Ina Jackson. La llamó Rikki-Tikki en honor a la mangosta de Kipling en “El libro de la selva”.

Rikki-Tikki resultó ser un animalito curioso, simpático, cariñoso, vivo y tierno. Su gran amigo, el perro Duke, llevaba normalmente el morro arañado por ella, sin embargo, cuando hacia frio se enroscaba en su largo pelo para calentarse. Pero su talante de animal salvaje hizo que fuera expulsada de la casa cuando pegó un mordisco en el dedo del Sr. Jackson.

En su impetuosa vida le ocurrieron muchas aventuras. Llevó una vida nómada de casa en casa. Residió una temporada en Madrid donde participó en una montería. Viajó en coche cama. Finalmente la encerraron en un gallinero en la casa de unos amigos Sant Cugat. Allí se defendió heroicamente de dos mastines de los Pirineos.

ManolobyManolo: Debido al éxito de “Operación Impala”, y fascinados por la aureola de expertos africanistas que nos habíamos forjado de “Operación Impala”, un grupo de cazadores barceloneses me fichó para filmar un safari en El Chad. Muy bien pagado. Si acepté, fue, entre otras cosas, para hacer méritos delante de mi suegro, al que eso de ganarse la vida haciendo fotos y escribiendo novelitas le parecía poco serio. Cazar bichos indefensos nunca ha sido santo de mi devoción. Sobreviví a la mosca tsetse, a la malaria y a una estampida de búfalos y volví de Africa con una joven y traviesa mangosta (que llamé Rikki-tikki en honor a Kipling, por supuesto) que regalé a mi novia para hacer las paces. No fue una buena idea. Rikki-tikki era un diablillo que no paraba nunca y que llevaba por la calle de la amargura a Duke, el perro de mis suegros, un pacífico y bonachón collie, que Rikki-tikki hacía servir de colchón para dormirse enroscada en sus patas. El colmo fue cuando mordió a mi suegro, que la puso de patitas en la calle. Un poco más y me saca a mí. Rikki-tikki acabó en las fauces de un rottweiler del jardín vecino con muy malas pulgas. La parte positiva de la historia fue que cobré una buena suma por la película (y de paso aprendí la técnica del montaje cinematográfico) con la que compré el anillo de pedida a mi novia y una magnífica Hasselblad con objetivos intercambiables. Y aun me sobró dinero. La guinda del pastel fue que, dos años después, fui galardonado con el Premio Doncel de Narrativa Juvenil por mi cuento “Rikki-tikki”, el relato de las diabluras y perrerías de mi infortunada mangosta, un animalejo que nunca asimiló por completo las pautas de conducta de un animal de compañía europeo y que pensaba que todo el monte es orégano. Y así acabó.

Gurka, el Águila Real

“Gurka, el águila real” fue publicado por Editorial Juventud 1968 en 1ª edición y en 1969 en 2ª edición. En 2001 Manolo decide revisar y reescribir el cuento y hace una edición limitada para familiares y amigos que titula “Gurko”.

El libro es un canto a la libertad de los animales salvajes y una crítica feroz a su esclavitud en los parques zoológicos. A pesar de venir de una familia de cazadores, Manolo siempre estuvo en contra de esta salvaje afición, así como de los zoológicos.

Una fría mañana de invierno, Gurko, el águila real, sobrevuela su territorio de caza. Esta muerto de hambre. Gurka, su hembra, y sus dos aguiluchos, lo esperan en su nido de la Gran Cordillera. Que sobrevivan depende, en gran parte, de lo que él les pueda traer entre garras. Pero todos sus esfuerzos son en vano: ninguna posible presa se deja ver. Retado por el buitre Basuro y sus sarnosos hermanos, tiene la mala ocurrencia de atacar un rebaño de corderos.

Los pastores le aciertan con sus hondas, y hubiera muerto abrasado vivo, si no lo rescata el doctor Hurtado, veterinario oficial del Zoo, que lo cura y lo encierra en una jaula del mismo.

Este libro relata las aventuras y desventuras de Gurko en la gran ciudad y su azaroso rescate por parte de un grupo de chicos del colegio de San Javier que le acaban devolviendo la libertad en sus montañas natales.

La Enfermera de Brunete

La enfermera de Brunete es la NOVELA en mayúsculas y obra cumbre de Manolo Maristany. Los primeros borradores fueron escritos hacia 1978 y presentados al Premio Planeta de ese año bajo el nombre de “El Foso”. La novela quedó finalista pero no vio la luz por expresa decisión del autor.

Desde entonces, Manolo volvió en repetidas ocasiones a releer, corregir y modificar el borrador. Pero no es hasta 2005 cuando se vuelca de nuevo en su novela y decide buscar un editor para publicarla. Tras probar suerte con varias editoriales consigue un acuerdo con Ediciones y Distribuciones Vedra. La novela ve la luz en marzo de 2006. En pocas semanas Editorial Planeta descubre el éxito que está teniendo y compra los derechos de publicación, llegando a más de 90.000 ejemplares vendidos con las ediciones de mayo 2007, septiembre 2007, octubre 2007, noviembre 2007, diciembre 2009, junio 2014 y Círculo de Lectores.

Javier de Montcada, alférez de Requetés, cae herido en la Batalla de Brunete. La joven Duquesa de Simancas, enfermera voluntaria casada con el representante del bando nacional en el Vaticano, lo rescata de la muerte y vive con él un apasionado romance que escandaliza a media España. La guerra sigue su curso y se llega a la crucial Batalla del Ebro, donde Javier recibe una información de los “servicios secretos” que supondrá un golpe definitivo en su vida.

ManolobyManolo: A algunos críticos les ha sorprendido la detallada descripción que hago del castillo de Requesens, de sus castellanos, de sus invitados y de la pandilla de adolescentes que juegan a La Prueba de Valor en el estanque de la Fontana, y me han preguntado si soy aristócrata. Siento desilusionarlos: soy plebeyo. El arranque de mi novela me lo inspiraron los hermanos Geste, que juegan a batallas navales en el estanque de Brandon Abbas, Inglaterra, en la novela “Beau Geste”, del escritor inglés P.C. Wren. Sergio Vila-Sanjuán, sagaz periodista de La Vanguardia, lo adivinó enseguida. Una escena que a mí me atrapó a la primera. Considero importantísimo el arranque de una novela. También, como muchos lectores habrán sospechado, me eduqué en los jesuitas. El padre Ignacio Ortiz de Zabala de mi novela está inspirado directamente en el padre Ignacio Mur S.J., mi profesor de física, de grata memoria, el mismo que bautizó a mi hija Lorena, muchos años después de haber abandonado yo las aulas del colegio.

NOTAS DE PRENSA

Sergio Vila-Sanjuán – La Vanguardia

“Un gran novelón que, una vez empezado, no puede dejarse, y que se plantea hacer con la guerra civil lo que hizo Pasternak en “El Doctor Zhivago” con la Revolución rusa, o Margaret Mitchell en “Lo que el viento se llevó” con la guerra de secesión americana: un fresco histórico con personajes apasionado y una potente vena romántica”

Iñaki Ezquerra – El Correo – 20/06/2007

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El desafío

Manolo siempre sintió una especial atracción por los veleros y el arte de la navegación. “El Desafío”, editado por Planeta en 2009, es la historia de amor entre Patricia Fonseca, atolondrada niña bien de Barcelona y reina del papel couche, y el capitán de barco Bruno Frías.

Patricia Fonseca nunca imaginó que, al embarcarse en el Aloha por equivocación, conocería al hombre de sus sueños: Bruno Frías, el capitán del velero. Bruno se ha propuesto llegar desde Puerto Banús hasta Bilbao rigurosamente a vela. Por el camino se las verán con Lady Godiva, una peligrosa borrasca, que les espera en la Costa de la Muerte de Galicia. Por primera vez en su vida, Patricia conocerá lo que significa luchar por algo y descubrirá que el capitán tiene muchas virtudes y un solo defecto: está casado.

Contra las cuerdas

La última novela de Manolo Maristany dormía en el cajón de su escritorio, en busca de un editor, hasta que, en diciembre del 2023, Inés Jackson decidió publicarla y permitirnos a todos disfrutar con su lectura.

La trama está ambientada en la ocupación alemana de Francia durante la Segunda Guerra Mundial. En el mes de junio de 1940 los alemanes ocupan Francia y la vizcondesa de Lacour, pese a su reticencia, tiene que alojar en su castillo al Mayor Klaus Von Witelsbacnh, comandante de la guarnición alemana del Beaulieu-sur-Axone, una pequeña ciudad de la Borgoña. Alice de Montclair, nuera de la susodicha vizcondesa, lo acoge con la mitad de sus suspicacias pese a que su marido, Henri Lacour, fue hecho prisionero por el mismo Klaus en el cruce del Mosa, circunstancia que ignoran ambas damas. Eros, que nunca descansa, irrumpe en la escena, las cosas se complican para Klaus y para Alice y los conducen a un callejón sin salida